Ahora que muchas de nosotras estamos en casa y tenemos un poquito más de tiempo, te proponemos hablar de un tema del que casi “nunca se habla».
Quizás muchas de nosotras jamás hayan recibido esa lección fundamental:
“Cómo realizar nuestra higiene íntima”.
Y fuimos aprendiendo poco a poco, por ensayo y error…a veces guiadas por nuestras/os médicas/os ginecológas/os.
La vagina es especialmente vulnerable a determinadas infecciones, por lo que los cuidados resultan muy importantes. Éstos inciden de forma directa en la prevención de infecciones y enfermedades.
1. ¿Con qué lavarse?
En primer lugar, hay que empezar por decir que es muy difícil eliminar el flujo, el olor, la humedad en la zona genital, porque los genitales cumplen una función excretora. Es decir, eliminan flujo, secreciones, la menstruación, etc., al exterior del cuerpo.
Por un lado ya te contamos que una de las claves es elegir los productos adecuados, “respetuosos del pH vaginal” y que ofrezcan una limpieza suave y delicada que no irrite ni reseque la zona.
El jabón de uso habitual posee pH demasiado alto y reseca demasiado. Tampoco se suelen recomendar las toallitas húmedas, porque en general resecan e irritan.
Lo ideal es no usar ningún producto que sea agresivo, como jabones o desodorantes íntimos para intentar eliminar el flujo o el olor totalmente; lamentablemente no será posible.
2. ¿Cómo Lavarse?
Cuando higienizamos los genitales, ya sea con papel higiénico o con agua, se debe limpiar la zona siempre en la misma dirección: desde adelante hacia atrás. Es decir, desde la parte “más limpia” (uretra y vagina) hacia la parte “más sucia” (que es el ano). Si se hace al revés, podemos facilitar las infecciones por el hecho de llevar restos de heces hacia la vagina o la uretra.
Esto es clave para todas las edades; desde las bebés, las niñas, adultas o mujeres mayores. Para quienes tengan hijas mujeres, lo ideal es enseñarlo desde chiquitas y “recordarlo en la adolescencia”.
Cada vez que se vaya al baño o durante la ducha, se debe lavar de esta manera. Asimismo, es necesario que te laves las manos antes y después de ir al baño. Un buen hábito de higiene completo para toda la vida.
4. Cómo hacerlo?
Cuando realices el lavado o limpieza vaginal con el producto elegido, es clave hacerlo separando los labios para asegurar una adecuada limpieza de los pliegues. No se recomienda usar guantes o esponjas, ya que estos pueden ser una fuente de gérmenes. Es preferible usar las manos limpias para lavar bien la vulva y entre los labios y el clítoris. Es importante secar bien la zona para impedir la aparición de hongos.
4. Durante la Menstruación
Tanto si usás tampones, compresas o copa menstrual, hay que cambiarlas de manera regular, sin dejar pasar más de 4 horas.
En caso de usar tampones, es importante usar un tamaño de tampón adecuado a la cantidad de menstruación. Un tampón más absorbente de lo necesario produce demasiada sequedad vaginal.
Durante la menstruación no es necesario lavarse más a menudo.
5. ¿Cuántas veces lavarte?
Este es otro punto importante. La higiene íntima femenina no debe ser excesiva. El exceso de higiene y jabón en los genitales va a producir primero, sequedad, y segundo, que se elimine toda la protección que de manera natural tiene la zona.
El flujo, la lubricación, etc…,tienen un objetivo. Lavarse en exceso solo puede llevar a que la zona genital quede desprovista de su protección natural y favorezca a las infecciones.
La higiene genital femenina debe ser una vez al día. La ducha diaria proporciona a la zona una higiene adecuada. Por otro lado, si se está en algún proceso de infección o en los días de la menstruación y se siente la necesidad de lavarse con más frecuencia, puede hacerse sólo con productos respetuosos del pH.